Mis hijos crecen. Lo hacen cada día de manera imperceptible. Y un buen momento te sorprenden con un gesto, un razonamiento, un reproche, o un olor a pies. Y hierve la entraña del tiempo que se escapa.
Mis hijos me exigen. Esperan de mí que les lea, les escuche, les acompañe, les ayude, les consienta y así un etc interminable. A veces cuesta, a veces estás atendiendo otras miles de cosas que han de ser serlo. Pero vivir que mis hijos se van a la cama sintiendo que estoy ahí, en cuerpo y alma...
Impagable, Indescriptible, Irreemplazable, Inconmensurable, Irrenunciable.
A vosotros, que lleváis doble nombre y el legado del esfuerzo
Y dónde te dejas la I de Insomnio? jajaja Un beso
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