He guardado una chispa del azul
en la casa del artesano
y chium:
aquí está.
La luz me traspasa
brotando a borbotones
de los caños de aquel jakuzzi.
Había un tiempo de cierta bohemia
y de una felicidad insultantemente inconsciente.
Estábamos en la casa del artesano, Amor.
Usábamos a casi todas horas las manos.