Como dos puntas
de lanza aguzada
me han nacido
estos dos hijos míos.
Como dos guerreros griegos
articulados en falange
se compenetran en su avance,
en su lucha por la vida.
Con el corazón en la mano,
cual si fueran flechas vivas,
viven mis hijos su mundo
mientras reparten sonrisas.
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