Te acercas con salero y me pides un poema. Te quejas medio en serio y de broma me dices que hay que ver, que la única que lee es la única sin copla ni rima. Y es verdad. Y pienso.
No tengo verso para describir tus preocupaciones, no hay gama de color con la que comparar los surcos que te marcan otra noche sin dormir, no hay adjetivo lo suficientemente potente para abarcar la fuerza que encierras en tu día a día, no habrá sal en el mar de Sacaba para competir con la que haya nadado en tus lágrimas...
Cuando me quedo sin palabras recuerdo las tuyas, que hablan de sinceridad y franqueza. Ladeo la cabeza sopesando tu humildad y resuelvo decirte que te miro y te admiro, porque vivo algo parecido a lo que vives y sé lo duro que es a veces levantarse para vivir otra vida que no sea la de madre de mellizos.
Hoy no había verso,niña, solo prosa diletante.
Para Mimí
No hay comentarios:
Publicar un comentario